Maestros de Primaria: Al A1 por Justicia y Grado 🍎

Los maestros de Educación Primaria en España exigen, con justicia y firmeza, su reclasificación al Subgrupo A1 de la Función Pública. Esta no es una simple reivindicación salarial: es una demanda legítima basada en argumentos legales, académicos y profesionales que buscan poner fin a una discriminación estructural que desprecia el valor real de su labor.


El Grado y el EBEP: una paradoja insostenible :graduation_cap::balance_scale:

Durante años, los maestros fueron relegados al Grupo A2 por acceder con una Diplomatura. Pero desde el Plan Bolonia, su formación se transformó en un Grado universitario completo (240 créditos ECTS), al mismo nivel académico que el requerido para el A1.

La propia Ley 7/2007 del EBEP reconoce que tanto A1 como A2 exigen titulación de Grado. La única diferencia debe ser el nivel de responsabilidad. Y ahí es donde la clasificación actual se derrumba: los maestros no solo cumplen con los requisitos legales y formativos, sino que asumen una responsabilidad educativa esencial. Por tanto, mantenerlos en el A2 no solo es un error, es una injusticia flagrante.


Educación Primaria: la base sobre la que se construye todo :glowing_star::brain:

Los maestros de Primaria no se limitan a impartir contenidos: forman personas. A diferencia de otros cuerpos docentes, asumen una tarea compleja y polivalente: enseñan múltiples materias, detectan necesidades individuales, promueven la inclusión, acompañan el desarrollo emocional, y ponen los cimientos del futuro académico y personal de sus alumnos.

¿Acaso no exige eso un nivel de responsabilidad equiparable —o incluso superior— al de otros cuerpos ya clasificados en el A1?


Basta de discriminación: ¡A1 ya! :loudspeaker::spain:

Todos los sindicatos docentes coinciden: los maestros de Primaria cumplen con creces los requisitos de acceso y responsabilidad del Grupo A1. Mantenerlos en el A2, cuando otros colectivos ya han sido reclasificados, es perpetuar una desigualdad injusta y anacrónica.

No se trata solo de justicia laboral, sino de dignidad profesional y reconocimiento social. Relegar a quienes educan en los años más decisivos del desarrollo humano es despreciar la base de nuestro sistema educativo.

Es hora de actuar. Es hora de reconocer el valor real de la Educación Primaria .

Es hora de subir al A1.


¿Vamos a seguir tolerando que se infravalore la labor de quienes enseñan a leer, a pensar y a convivir?

La respuesta ya no puede esperar.

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